Capitulo 3 - Un rico café

Finalmente llegue a destino. Faltaban 10’ para las 9. Soy puntual por naturaleza, me incomoda al extremo la gente que no lo es y si me pasa a mi (obviamente SIEMPRE por causas que no puedo manejar) me pongo de culo ahí nomás y mastico puteadas hasta que me rechinan los dientes.
No era el caso, es temprano. Justo el tiempo necesario para tomar un café! Mmmm que rico! Recién hecho, calentito…Pero que ilusa ¡ La cafetera estaba llena, si, pero de agua, sarro y borra del ultimo café de ayer. La GRAN PUTA ¡ Que bronca que me da que NUNCA NADIE HAGA EL CAFÉ !!!
Y les juro que me paso EN TODOS LOS TRABAJOS QUE TUVE, con lo cual no puedo menos que pensar que el problema SOY YO.
Y me digo: Jodete! En lugar de llegar ’10 antes al laburo, andate al bar de la esquina, pedite un cortado en jarrito con 1 medialuna, Faces, People, etc en mano , desayuna FELIZ y llega ’10 TARDE, contentísima, enterada de los últimos puterios del ambiente, los últimos embarazos y los eventos TOP, y de yapa encontrá la cafetera con café recién hecho. Doble o nada.
Pero ahora estaba ahí, frente a esa mugre que rogaba una esponjita con detergente, y clamaba por agua limpia. Nos mirábamos desafiantes, cual lucha de poder. Qué hacer? Café o no café? Esa es la cuestión.
Finalmente opte por la más fácil para mí y SOLO PARA MI. Subí a Room Service (Ventajas de trabajar en un hotel 5 estrellas de Recoleta frente al Patio) y les rogué un café. Y un café, amigas/amigos es como un beso, no se le niega a nadie (siempre contamos con las excepciones para salir del paso).
Y así fue que esa mañana se convirtió en todas mi mañanas. Mi elección fue: Llegar temprano, pero NO HACER café para todos mis amados compañeros de esos tiempos (divinos todos, pero unos hijos de puta incapaces de hacer algo tan simple como café), prender la compu y seguir disfrutando del día.
Cualquier semejanza con la realidad (cruda y despiadada) es mera coincidencia.
Chaucha y palito