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sábado, 14 de mayo de 2011

Capitulo 25 - Reite de los Kennedy!


Y me lo dijo Nito y le robé descaradamente la frase! “Más mala suerte que los Kennedy”.
Estos son los momentos que necesito ponerme a escribir.
Hablábamos de mala suerte y nos reíamos de nosotros, mientras envidiábamos, y no secretamente, a Ana y a Martín que cenaban en NY.
Algo anduvo mal en algún momento porque hoy estábamos, uno en Almagro y el otro en Castelar.
Si todo me hubiese pasado ayer, le hubiese echado la culpa al viernes 13, pero ahora que lo analizo, yo tengo delay para todo, y veo que incluye a los días supersticiosos.
Siguiendo con los programas envidiables, Martin en un local de Harley D. y Ana, laburando (pero en NY, claro).
Nito trenet en mano desafiando las manchas de unos toallones y yo mapa en google buscando la dirección del cumple de la más chiquita.
Ya llegábamos tarde, pero no pienso correr un sábado a la tarde por un cumpleaños de 6 años. Manejo según el mapa…y manejo…y continúo manejando…y empiezo a inquietarme porque no tenía ni la remota idea de donde estaba.
Insulto…mucho insulto, la más grande me dice que no diga tantas malas palabras.
- Tenés razón hija, pero se salen por los poros de mamita…esos que no se cierran con esa crema carissssima que compré.
Había anotado la dirección y el teléfono del “cumpleañero”, previsora de mis despistes. Llamo, hablo, confirmo que estoy a 40 cuadras. Qué hago?? Obvio continúo con las puteadas (ya no eran insultos). Y la chiquita que me dice.
- No voy a ir al cumple??
- Si mi amor, así mamá tenga que alquilar un helicóptero vas a ir al cumple.
Sigo las indicaciones del padre del niñito. Vuelvo por donde vine 40 cuadras.
Otra vez perdida, para que mierda poner carteles en las esquinas, no? Cosa muy frecuente en la pcia. Nada por aquí, nada por allá…NADIE por aquí, NADIE por allá, también frecuente a las 15:20 Hs., hay siesta en el 2do.cordón del conurbano.
Llamo de nuevo. El papá quería explicarme a su manera y yo luchaba por entenderlo, era difícil. No cortes hasta que yo llegue, le dije
Estaba dispuesta a reventar todo el abono del celular si fuese necesario, pero no quería dar más vueltas.
Y las indicaciones eran:
- Llegaste a la calle de tierra?
- Ves el colectivo abandonado?
- La tranquera?
La puta madre! Donde estoy y adonde voyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy??????????????
La chiquita se animó a preguntar de nuevo.
- Mami, no voy a ir al cumple??
- Si mi vida, mami te va a llevar aunque se tenga que caer del mapa.
Y casi, casi…
Llegamos 15:30, empezaba a las 14 Hs.
OOOMMMMMMMMMMMM….dice la mamá Lucchetti.
La dejo, beso en la frente, abrazo de oso y vuelvo al auto.
La mayor que quiere cine. Ok. Allá vamos. Shopping, no queda otra.
Otras 40 cuadras. Llegamos. Alarma: El 1er.subsuelo full, me mandan al 2do.
- Linda, mejor vamos, esto es un caos de gente. Le dije más fóbica que nunca.
Acto seguido en ’15 le describí “LA apocalipsis” misma. No entradas para el cine, eternas filas, multitudes por todos lados…
- Mejor vamos por unas pelis. Dijo sabiamente.
- Esa es mi hija!
Claro, que sin ánimo de hacer apología del delito ni fomentar la piratería, fui por las pelis. Por casa cerraron todos los que alquilaban. Si querés pelis, tenes que comprar. Y a eso fuimos. Otras 30 cuadras.
Que quilombo cruzar la barrera!! 10 minutos esperando.
Vamos que lo logramos…no te duermas princesa, ya mamá llega.
Llegamos…y en la puerta un cartel que decía

SE ALQUILA
Inmobiliaria - JODETE Hnos.



- Me mato! Me salió Linda Blair en el Exorcista I.
Pobre mi ángel!! Que estoicamente aguantaba en el auto hacia 1H.30’ dando vueltas como un satélite.
Me recompuse como pude del mal humorrrr…
- Ok. So, ya que estoy voy a ir a cargar nafta.
Hago 3 cuadras, entro a la estación de servicio.
La apuesta que están haciendo no paga un peso, porque es una obviedad lo que pasó.

No HAY NAFTAS
No insista


- Ay!! La r..m…que los re…mil…re…p… a todos y cada uno de petroleros, de los playeros, de los camioneros, de los dueños de las estaciones de servicios, de Moreno (y no hablo de Mariano que más vale no se levante de la tumba y se encuentre con toda esta plaga de corruptos porque elije morirse de nuevo).

Yo juro que quería llorar, pero mi hija me dice
- Mami, no vale la pena. Vamos a casa. Podemos pedir helado??
La amé más nunca y más que nada.

Y así fue que llegué a mi casa, de donde tengo la absoluta certeza, nunca debí haber salido. 2 Hs. dando vueltas, gastando tiempo y nafta. Ambas cosas que evidentemente no podré reponer.

Y siempre recuerden que...Cualquier semejanza con la realidad (cruda y despiadada) es mera coincidencia

Chaucha y palito

jueves, 24 de marzo de 2011

Capitulo 24 - Prohibido Estacionar


Si hay algo que me enferma, es la falta de respeto. Venga de peatones, automovilistas, padres, tutores o encargados.
Trato de enseñarle a mis hijas que si hay reglas, es por algo y debemos respetarlas (para debatirlas, rebatirlas, ignorarlas o reformularlas a gusto y piacere, habrá tiempo)

Por ejemplo, en la puerta de un garage no debemos estacionar. Es una regla tan básica, que casi me da vergüenza explicarla.
Pero pareciera, que no es de tan fácil entendimiento como parece.
Casualmente vivo a 20 mt. de un colegio, frente a un consultorio médico, a mi derecha un dentista, y otros tantos metros de un pelotero. Estoy RODEADA y estoy JODIDA.

De un tiempo a esta parte (esta parte resulta “muy seguido”) los padres de los niños del colegio, del doctor, del dentista y de los amiguitos del cumpleañero de turno, decidieron que me tengo de joder yo (léase la dueña del garaje) por vivir en ese lugar, por la superpoblación de autos que generaron la superpoblación de edificios, porque ellos están apurados, urgidos, cansados y molestos.

- Es que di 2 vueltas a la manzana y no encontré ningún lugar para estacionar y tengo que buscar al nene!!!
-
Sra. Créame que la entiendo porque también tengo hijos escolarizados, que además de estudiar, parece que los preparan para pruebas de resistencia física, como la de arrastrar con una mano esa mochila infame que pesa más que una media res,…porque la otra mano la usan para llevar al otra mochila para natación que no puede tener rueditas para evitar accidentes en la pileta. (¿??...y yo que creía que los accidentes de las piletas eran romperse la crisma por correr sin ojotas, o tragarse ½ pileta, ¼ por la nariz y ¼ por la boca). No quiero olvidarme del palo de hockey y de la “mochilita” con las rodilleras, coderas, protector bucal, un tupper vacío, una botella media llena con jugo calentito y la billetera de Kitty

Yo tampoco tengo suerte con los lugares para estacionar, ni siquiera con los pagos (anotar que el dinero no sirve para solucionar todos los problemas). Me ha tocado estacionar lejos…muy lejos…muchos más de lo deseable y claro que con lluvia. Qué decir de caminar 2 cuadras con las niñas recién salidas del doble jornada, cansadas, con sueño, pero siempre con 1 pila full que les dice que aún podemos seguir un rato más invitando a una amiguita a casa. NIET!

Claro que los padres podemos lidiar con eso, más sabiendo que en breve estaremos en casita, y todo comenzará a normalizarse.

Pero no. Porque cuando estoy llegando a casita, me doy cuenta que Ud. O algún otro indeseable estacionó su auto en mi garage y yo me quedo afuera. Y por cierto que “afuera” no es al lado de casa, frente al dentista, o al pelotero, o porque no a la escuela o al médico, sino en la otra manzana porque todo está al tope, como la Panamericana a las 18 hs. Claro! por eso la “gente” estaciona en los garages ajenos.

Todo comenzará a normalizarse…pero primero tengo que entrar a casa. Hasta llegar a la bendita puerta tengo un trecho que recorrer, con los bártulos mencionados, las menores que además de todas las ñañas, suman un malhumor de perros porque se habían dormido. Las levanto para caminar otro tanto con el llanto lamentoso que da el sueño, y que apenas les deja arrastrar los pies.
Adivinen quien arrastra TODO el resto. Efectivamente, quien escribe.

Esos días la Suerte tiene pedido de captura por paradero desconocido, así que no podía pasar otra cosa que llegar finalmente a la puerta y ver que MI espacio ya estaba liberado. Pero a esa altura no sabía si estar feliz o sumarme al llanto (ya intenso) de las chicas.

Tenía que decidir qué hacer.

Plan A – Dejaba a las chicas y a las mochilas como “cordón humano” y la más grande con el palo de hockey a modo intimidatorio para evitar que vuelvan a ocupar MI lugar. Era buena la opción, pero son chiquitas para formarlas tan belicosas.

Plan B: Las meto en casa a ellas, a las mochilas, al palo y a los lamentos. Y corro a buscar el auto para finalmente “normalizar” mi día. También es buena, sólo que considero que la grande aún es chica, y la chica, chiquita. Que si en todo ese trayecto me pasa algo, ellas quedan desamparadas encerradas en casa, como Gran Hermano.

Plan C: Dejo el auto ahí, y cuando llegue mi marido o algún adulto responsable para ocuparse de las chicas, buscarlo y meterlo en el garage (de donde creo, nunca debió haber salido!

Plan D: Vuelvo con las chicas a buscar el bendito auto, al que a estas alturas detesto más que comer la comida fría.

Vamos por el Plan D (pero sin bártulos, porque a pesar de la furia y de que soy rubia logro reparar que puedo tirarlos dentro, no así a las nenas)

Y allá volvimos con más llanto que antes, y con la paciencia que ya no tenía porque seguramente se había ido con la suerte a jugar unas fichas al casino.

Finalmente logro “normalizar” el tema auto, garage, mochilas, merienda, sueño, y demás. No hay un final hollywoodiense para este cuento, podría haber inventado algo bueno para darle un cierre a todo trapo…pero me agoté, me agoté de recordar esta vez y otras tantas. Además de agotarme, estoy empezando a resignarme que esta vez, no será la última, lo único que quiero es seguir teniendo amigos que me “asisten” virtualmente en estos casos, dándome, además de aliento, incontables ideas que solucionan el problema en un Plis Plas! (Gracias Ger)

Y siempre recuerden que...Cualquier semejanza con la realidad (cruda y despiadada) es mera coincidencia

Chaucha y palito