Capitulo 15 - Querer es poder

Claro que siempre está la excepción a la regla...
Siguiendo la saga "Vacaciones de invierno" (comienza en el cap.13 - ya que el público se renueva, como dice la SRA.)...subir al huevito no fue tanto como bajar.
Todo acá es rápido y furioso, si no te bajas a tiempo te volvés a la base y después otro paseo más, y así podés pasarte todo el día, OJO con la avivada de dejar algún niño dentro "para que se entretenga sin peligro, viste????"

Bajar esos escalones llenos de hielo con los esquíes en una mano + los bastones + una de mis hijas agarrada del dedo que me quedaba libre, no fue fácil...pero la vista de un día magnífico contrastando con la nieve pudo apaciguar la fiera.
Le pusimos los esquíes a la mayor y salió literalmente esquiando, con una sonrisa clavada en esa carita y claro, olvidada de todo dolor. La chiquita también estaba contenta, el padre de las 2 estaba que se salía de si para rajarse 1000 mt. más arriba y yo que trataba de estudiar el "terreno", como quien busca la salida de emergencia?

Prendí el detector de madre, baños, comida, escuelita de ski, jardín de nieve, lugar donde dejar los esquíes, SALIDA! Todo chequeado...ya eran las 12:45.
En pocas palabras tenía 2 horas LIBRE…LIBRE…LIBRE, como cantaba Nino Bravo…mirá si la iba a “desperdiciar” con un profesor ¡!! Por favor! (lo que es la limitación mental a veces)

Así que, mi adorado marido me indicó, muy gentil y velozmente, cual era la pista verde, la más fácil, donde esquían los nenitos de 5 años, y se fue a una velocidad record. Yo me quedé ahí, paradita y dándome confianza a mí misma, diciéndome que no podía ser taaaaaaaaaan difícil, que ya me las iba a arreglar.

Y ahí me fui, detrás de un grupito de nenes de “salita de 5”. Los seguía sin perderles pisada, además iba rápido (porque mi problema no era la velocidad, sino el frenado…pero de eso me enteré después). Hasta le pude preguntar (ojo que no paré eh ¿??? O sea que pude hablar mientras esquiaba) cómo hacía para volver. Me explicó que la 63, que que se yo que carajos y siguió…y yo no lo seguí más, sino que seguí a otro grupito de “2do.grado” que dobló a la derecha. Cómo para mí eran como un GPS, también doble. ERROR.

A los 3 mts. De haber doblado me encontré con un precipicio (bueh, así lo veía yo)…golpe nro.1 casi sin aviso. Me levanté como pude tratando de ponerme de costado, imposible, una proeza!
Golpe nro.2 con 2 vueltas carnero incluida, tal fue el golpe que me quedé en la nieve como 5 minutos medio boluda y mirando un par de esquíes que estaban como 4 mts.míos. Y me empecé a preocupar, pero no por mí, sino por el/la dueño de esos esquíes, (juro por mi hijas que no exagero ni un poco), hacía un rato que estaban ahí y nadie aparecía. Estaría bien? Vivo? Quebrado e inconsciente??
No tanto, estaba bien, sólo un poco atontada (lo de un poco es para no sentirme taaaaaaan mal)…si amigos, era yo. Esos esquíes eran míos! Suerte que alguien se preocupó por mí, aunque haya sido yo misma. PATETICO!

Como pude me paré y como pude me calcé los esquíes, y con el resto de moral que me quedaba sin golpear, me paré…me paré sólo para completar el trío de golpes.
Lo bueno es que ya al 3er.golpe había bajado ese “precipicio” y aparecí en lo que me parecía Av.Libertador un lunes a las 9 de la mañana….llena de gente que iba a mil y con un encanto envidiable!
Bueno, por lo menos había encontrado gente y ya no me sentía tan sola…alguien me podría ayudar. Y me paré y doblé a la derecha, me subí a la “Av.Libertador”, y a mil (igual que el resto y con algo de estilo) estaba esquiando….claro que duró poco, porque vi la bandera que decía DESPACIO- SLOW – y toda la gente parada esperando subir a la silla…y yo sin freno, poco me duró el glamour porque tuve que tirarme, humillarme a los pies de todos…ya no tenía moral, no tenía vergüenza ni cuerpo que me soporte. Me levanté con mi mejor cara de “no sé que me pasó” y me dispuse a seguir con mi táctica detectivesca, mirar y seguir al “objetivo”.

Y me subí a la silla, y con desesperación veía pasar mi “casa”, como ET, mis adorados 1600, donde estaban mis hijitas…y yo subía y subía…donde carajos voy! Pensaba hasta en voz baja para no seguir haciendo papelones.
Pero mis papelones en el cerro, lejos de terminar estaban por continuar. Me bajé cuando quiso la silla parar y todos se bajaron, y claro yo seguía al “objetivo”. Cuando asomé la nariz y me encontré con mi amado vértigo, mi cuerpo molido por los golpes, mi recuerdo de la “pobre dueña de esos esquíes tirados en la nieve”, de la bandera “SLOW-DESPACIO”, y demás….decidí que no iba a bajar.

Así que llamé a mi marido al celular y llorando le pedí que me venga a rescatar, que no sabía donde carajos estaba, pero que venga. Mientras esperaba, se me acercó un rescatista, en otras circunstancias me hubiese alimentado el ego al menos….pero en este caso, sólo reafirmo que a pesar de tanta ropa, anteojo, gorro y demás se me escapaba el susto por los poros.
- Querés que te ayude? Bueh…por lo menos no me trató de Ud., así no me sentía tan mal…
- Viene mi marido a “rescatarme” – Le dije haciéndome la chistosa para disimular la vergüenza.
- Tu marido es uno alto, vestido de negro? Lo vi con una rubia que se iba para el bosque – Me dijo
- Me da igual que se vaya a donde quiera y con quiera, pero que al menos me baje de acá – Le dije ya a punto caramelo, cuando apareció EL …el marido rescatador, y yo border… con el llanto “listo para salir a la pista”

Con paciencia y una cuota de cargo de culpa que me encargué de pasarle, me ayudo a bajar esquiando, a hacer “cuña”, y finalmente llegué no tan sana y no tal salva a mis queridos 1600, justo a tiempo para buscar a mis retoños a sus respectivas escuelitas.
Eso ya marcaba el fin de la tarde…que alivio…sólo restaba hacer una fila de ’15 para subir al huevito y ponerme a salvo en tierra firme.
Sólo que el día se las había agarrado conmigo por alguna oscura razón, y como no alcanzaron los golpes de la montaña, tuve que caerme de culo en el hielo en el estacionamiento, obviamente mientras les daba cátedra a las chicas para no caerse.

Fin del día en la $%%$#$%#$ montaña, sería hasta mañana…si Dios quiere y el cuerpo me lo permite.

Y siempre recuerden que...Cualquier semejanza con la realidad (cruda y despiadada) es mera coincidencia